25 de Octubre: Día Mundial de las Personas de Talla Baja

En el marco del Día Mundial de las Personas de Talla Baja, Luis Mansilla comparte su historia y su mirada sobre la inclusión, la accesibilidad y la aceptación personal.

Cada 25 de octubre se conmemora el Día Mundial de las Personas de Talla Baja, una fecha que busca visibilizar los derechos, desafíos y logros de quienes viven esta condición. En diálogo con Canal 1, Luis Mansilla, vecino de El Trébol, contó cómo fue su experiencia y cómo aprendió desde chico a convivir con su diferencia sin dejar que lo definiera.

Yo me di cuenta enseguida cuando empecé la escuela primaria”, recuerda Luis. “En mi casa nunca se trató el tema, pero mi papá y mi mamá ya sabían. Cuando yo nací, se lo habían dicho. Igual, de chico vivíamos en el campo y hasta cuarto grado fui ahí. Después vine al pueblo, y claro, ya me daba cuenta. En las ciudades grandes te miraban, pero nunca lo viví como un drama”.

A sus 53 años, Luis asegura que jamás sintió haber sido víctima de lo que hoy se conoce como bullying. “Nunca me sentí mal porque me dijeran algo. Si alguno decía la palabra ‘enano’, no lo tomaba como algo feo. Yo lo escucho mucho ahora, que los chicos la pasan mal, pero a mí no me afectó. Ni a mí ni a mi familia”.

Sobre su vida cotidiana, Luis cuenta que su condición no fue un impedimento para desarrollarse: “Siempre trabajé, siempre estuve contento con lo que hice. No me quejo. Si me hubiese quedado como era antes, quizás no tendría algunos problemas de salud que me quedaron, pero bueno, eso ya es parte de la vida”.

Hoy enfrenta algunas dificultades motrices, consecuencia de intervenciones quirúrgicas en la columna, pero mantiene el buen ánimo y la independencia: “Ando con andador ahora, antes con bastón. Me las rebusco. En El Trébol hay rampas en algunos lugares, pero en otros todavía faltan. Por ejemplo, en la esquina de la Municipalidad hay escalones complicados, no hay rampa. También en el correo la subida es muy pronunciada. Son cosas que se podrían mejorar”.

A pesar de todo, Luis no pierde la sonrisa ni la gratitud: “Yo con lo que hice toda mi vida estoy contento. Siempre trabajé, siempre me la rebusqué. Nunca me sentí distinto. Para mí, la vida sigue igual”.