Por Ruben Adalberto Pron.
El diccionario de la Real Academia Española define «bulevar» como «calle generalmente ancha y con árboles», y, en su segunda acepción, como «paseo central arbolado de una avenida o calle ancha».
Por su parte, el arquitecto y urbanista Waldemar Castaño, en una consulta que se le efectuara en 2020 desde el portal digital de Aire de Santa Fe, consideró que «bulevar y avenida son la misma cosa», diferenciándose de la calle tradicional en que tienen doble sentido de circulación, pero afirmando que el bulevar tiene la particularidad de contar con «cantero y arbolado en el medio».
Esta característica, que no se daba inicialmente en los bulevares América y Europa en el loteo El Trébol, y Victoria (ahora Eva Perón) en el Pueblo Tais, comenzó a ser subsanada en la primera de las arterias nombradas, el 8 de septiembre de 2012 cuando durante la intendencia municipal del profesor Fernando Almada se habilitó esta primera etapa de remodelación.
En esa oportunidad, se inauguró el cantero central construido a lo largo de tres cuadras entre las calles Rosario y Santa Fe, junto con las dársenas de estacionamiento y el nuevo sistema de iluminación en el centro de la vía.

Y, si bien no se dotó al cantero de árboles sino de ar-bustos (el ancho de la traza no permite otra cosa), se puede afirmar que, en ese tramo y en los que se agregaron posteriormente entre Rosario y Emilia Bertolé y entre Santa Fe y Buenos Aires, el bulevar América se convirtió realmente en el «bulevar» que habría imaginado la Compañía Argentina de Tierras al trazar y nombrar las calles del loteo de original de El Trébol, cuya última cuadra hacia el norte era la calle Río Negro.
Aquella primera inauguración fue el acto de cierre de Fiesta de Arte, la programación que unía el Encuentro de Escultores con el festival internacional de danzas organizado el Ballet El Trébol y otros eventos culturales, y materializó la primera etapa de rediseño a largo plazo que se había anunciado en 2004, al final de la gestión del intendente Ángel Mateo Rossi, y no había podido llevarse a cabo entonces por falta de financiamiento.
Puede que estas disquisiciones puedan parecer intrascendentes, pero no dejan de marcar inconsistencias entre nomenclatura y realidad ya remediadas parcialmente en el caso del bulevar América y en toda la extensión del bulevar Eva Perón. Una curiosidad, podría decirse, que sin embargo llama a la reflexión.
En esa oportunidad, se inauguró el cantero central cons-truido a lo largo de tres cuadras entre las calles Rosario y Santa Fe, junto con las dársenas de estacionamiento y el nuevo sistema de iluminación en el centro de la vía.
Y, si bien no se dotó al cantero de árboles sino de ar-bustos (el ancho de la traza no permite otra cosa), se puede afirmar que, en ese tramo y en los que se agregaron poste- La inauguración del «bulevar-bulevar», el 8 de octubre de 2012.
Anteriormente entre Rosario y Emilia Bertolé y entre Santa Fe y Buenos Aires, el bulevar América se convirtió realmente en el «bulevar» que habría imaginado la Compañía Argentina de Tierras al trazar y nombrar las calles del loteo de original de El Trébol, cuya última cuadra hacia el norte era la calle Río Negro.
Aquella primera inauguración fue el acto de cierre de Fiesta de Arte, la programación que unía el Encuentro de Escultores con el festival internacional de danzas organizado el Ballet El Trébol y otros eventos culturales, y materializó la primera etapa de rediseño a largo plazo que se había anunciado en 2004, al final de la gestión del intendente Ángel Mateo Rossi, y no había podido llevarse a cabo entonces por falta de financiamiento.
Puede que estas disquisiciones puedan parecer intrascendentes, pero no dejan de marcar inconsistencias entre nomenclatura y realidad ya remediadas parcialmente en el caso del bulevar América y en toda la extensión del bulevar Eva Perón. Una curiosidad, podría decirse, que sin embargo llama a la reflexión.